La gente se está volviendo loca…

Un día te levantas y te das cuenta de que tienes un mal día… te duele la cabeza, estás de mal humor y te sientes muy irritable… pero en realidad, toda esa mala baba que rezumas, no proviene de tí… proviene de la gente, no… la gente no… la gentuza con la te topas a lo largo del día.
Tú, como persona que piensa en los demás, no entiendes como el resto de la humanidad puede pasarse por el forro con total impunidad los sentimientos de otros.
Vas feliz cual lombriz en el coche y de repente, ¡ZAS! una señora salta sobre un paso de peatones, carrito de bebé por delante; tú, sobresaltada ante semejante imprevisto, (estás segura de que miraste la acera y no la viste, no tienes muy claro de donde ha salido), pisas el freno y pides perdón, (que al fin y al cabo, está en un paso de peatones y tiene preferencia), la señora, muy digna ella, te mira mal, muy mal. Tú te quedas de piedra, te apetece gritarle que en tus ratos libres eres peatona y que respetas a los coches, pero pasas, no merece la pena.
Aparcas el coche, y antes de entrar a trabajar decides que necesitas cafeína pal body, así que entras en la cafetería que hay debajo del curro y te acodas en la barra dispuesta a pedir un café para llevar. Diez minutos después, ves como el camarero (que a estas horas y con la cafetería llena aun no ha tenido tiempo de atenderte) vuela de un lado a otro de la barra. Por fin se acerca, tú le miras, él te mira, te sonríe, le sonríes, abres la boca para hablar y entonces oyes a tu lado: Ponme un café para llevar que tengo prisa.
La sonrisa desaparece y tu boca se empieza a abrir hasta que tu mandíbula golpea el suelo,no das crédito, ¿quién osa colarse?.
Giras la cabeza y te topas con un señor, que ni te mira, estás segura de que acaba de llegar. Aprovechas que tienes la boca abierta para recriminarle esa desfachatez, pero sigue sin mirarte y tu capacidad de reacción a estas horas de la mañana es nula… el camarero se acerca, le da el café y el hombrecillo se va… y ahí te quedas tú, con tu cara de flipe y una mala leche que te sube desde el estómago hasta la garganta.
Por fin pides el café, no lo pides «Por favor» por que un poquito de culpa también tiene el camarero, que te había visto antes, pero aún así le ha puesto el café a este mamarracho; lo malo, que tu eres buena, y te pesa el no pedir las cosas «Por favor» como te enseñó tu madre, así que cuando te lo trae, ha pasado suficiente tiempo para que te sientas culpable por no pedir el café educadamente, así que para compensar le das las gracias, sonríes, y dejas diez céntimos de propina.
Conclusión, ser grosera te sienta peor que al resto de la humanidad.
Pero tu odisea no acaba ahí. Te dispones a salir por la puerta, y entonces a mitad de camino entre la calle y la cafetería, otra señora se dispone a entrar… y va a entrar POR COJONES, vamos, que o te apartas o te aparta ella, así que optas por dejarle paso ante el miedo a que te tire el café y te quedes sin él.
Pero la señora no se queda contenta con apartarte de su camino, para colmo, te regaña: «Hay que dejar paso a los mayores jovencita».
Te quedas ojiplática.
Respiras, piensas para tus adentros: Mecaguentuputamadre. Y le dices lo más educadamente que puedes: Señora, primera norma de educación, dejar salir antes de entrar.
– Y encima contestona – Te dice este ser salido del averno con cuerpo de anciana.
Decides irte, porque no estas muy segura pero pegarle a una señora mayor debe de estar penado con cárcel. Así que rechinas los dientes, bufas y reanudas tu marcha.
Decides tomarte el café tranquilamente, a estas alturas el día solo puede mejorar.
La mañana pasa con calma, algún cliente que te confunde con al virgen de Lourdes y piensa que con lo poco que paga puedes hacer milagros, y poco más.
Pero te queda la vuelta a casa en coche, en hora punta, y si la gente de normal anda medio agilipollada en el coche se vuelven simples amebas.
Decides tomártelo con calma, pero cuando coges el coche (otra vez) la única conclusión a la que llegas es que hoy hay luna llena, porque tanta agresividad no es normal.
El colmo de los colmos, llega cuando un conductor te pita, te insulta y te monta el pollo del siglo porque no le cedes el paso en una rotonda…
Es decir, él va por el carril izquierdo y tú por el derecho, (dejemos claro aquí, que la que tiene preferencia eres tú); vas a coger la segunda salida de la rotonda, pero el idiota este quiere pillar la primera salida y tu coche le estorba… como le ves las intenciones, levantas el pedal del acelerador, y le das tiempo a que haga su fechoría, pero no contento con salirse con la suya, decide que va a frenar para que le oigas bien, te increpa y te grita la maravillosa y eterna frase (que todas odiamos): Mujer tenías que ser.
Estás hasta el moño no… hasta lo siguiente, te acuerdas de todas las liadas del día, y revientas, pierdes los papeles, toda tu educación al garete, (rezas para que no te vea nadie conocido), y entonces bajas la ventanilla del copiloto (no sea que con el ruido no te escuche), y mientras le enseñas el dedo corazón le gritas (vocalizando bien,para que si no te oye, al menos pueda hacerse una idea de lo que le estás diciendo): Me-ca-guen-tu-pu-ta-ma-dre hi-jo-la-gran-pu-ta.
Caes en la redundancia, pero no piensas, solo echas sapos y centellas por la boca. El tío, que no se debía de esperar contestación, se queda un poco pasmado, momento que aprovechas para pegar un acelerón y huir.
Cinco minutos después los nervios te pueden y estallas en caracajadas, otros cinco minutos más y estás llorando desconsolada, rezando para que el gilipollas en cuestión no haya anotado tu matrícula y un día cualquiera te encuentres tu coche rayado, las lunas rotas, y las cuatro ruedas rajadas.
Por fin llegas a casa y le confiesas a tu marido/hipotecado/novio todos tus temores.
– Tranquila, que no vivimos en el Bronx. Peor sería que te denunciase o algo…
– ¿¿QUÉ?? ¿¿Denunciarme por qué??
– No sé… por insultarle, ¿sabías que pueden multarte por insultar?
– Yo no estaba insultando, le estaba diciendo verdades como puños…
– Ya… bueno… eso explícaselo al juez
– Gracias cariño, eres el mejor dando ánimos…
Después de sopesar el día, te das cuenta de que lo malo de tu vida son los demás, y encima gente que ni conoces… estás agotada, pero en un arranque de lucidez, decides que vas a dejar el coche, y vas a empezar a usar el autobús, que es más barato, más ecológico y te ahorras los malos rollos de conducir… porque todo el mundo sabe que el transporte público es maravilloso, y el autobús más, ¿verdad?

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9 pensamientos en “La gente se está volviendo loca…

  1. Ana noviembre 17, 2012 en 1:39 PM Reply

    Hay en el mundo una falta de educación absoluta. Paso a relatar una historia que me ocurrió a mí: llego al supermercado con mi churumbel de año y medio en brazos (churumbel que pesa ya sus 11 kilos sin despeinarse) me pongo a esperar en la charcutería, absolutamente vacía, por no estar no estaba ni la charcutera. El carnicero que me ve me dice – espera un poco que viene ahora. Yo sonrío, asiento y espero. Pocos minutos después llega una mujer a la carnicería, pide su cuarto y mitad de filetes y se desplaza a la charcutería mientras le dice al carnicero – y ahora me vas a poner medio de chopedpork (los productos son cosecha propia). Entonces, ante mi creciente asombro, el cabrón carnicero entra en la charcutería y le sirve el choped, sin ponerse colorao ni nada!!!!!! cuando acaba con la mujer me mira y me dice – qué te pongo?. Yo creo que mi cara lo decía todo, mientras seguía sujetando a mi pequeñuelo (que ya pesaba como 20 kilos) y le digo – Ah! ahora sí?. El hombre se queda to pillao y me dice dubitativo – Sí. Le pido lo que quería y me voy a la caja con mi bolsa de la charcu y mi «ñiño». Pero para acabar de rematar mi visita me toca delante una señora con su compra semanal que por supuesto mira hacia atrás y me ve claramente con el guaje en brazos y un solo artículo pero por supuestooooo no me ofrece pasar delante. Salí del super que si alguien me dirige la palabra le salto encima…

    • ratonvolador noviembre 17, 2012 en 1:58 PM Reply

      Yo iba a contar la historia del día que un señor de unos cien años aproximadamente intentó colarse en la caja del súper, pero la reservo pal book… jejejejejejee
      Con el cuento de que son viejunos/as le echan un morraco a la vida que me deja asustada!!
      Lo único que me consuela es que creo en la justicia cósmica y estoy segura de que esa gentuza no sabe ser feliz!! 😀
      Pero vamos… que la gente se está volviendo loca… ya te lo digo yo!!

  2. meritxell miguel noviembre 17, 2012 en 2:15 PM Reply

    No sé si escribes cosas que te pasan a ti o sobre cosas que me pasana mí XDD ¡Deja de copiar mi vida!! XDDDDDDDDDD

    • ratonvolador noviembre 17, 2012 en 4:12 PM Reply

      Jajajajajajajajajaj… no fastidies… ¿¿a tí también?? Ves… si el título del blog lo dice todo!! 😀

  3. Beatriz noviembre 17, 2012 en 3:31 PM Reply

    La gente exige mucho sus derechos y está dispuesta a respetar poco los de los demás. Yo, como si de una súperheroína me tratara, he tomado la firme determinación de aplicar justicia en los supermercados!!! Y allá donde no se pueda aplicar… (porque la muy guarra cogió número de la pescadería/charcutería/carnicería/frutería y panadería, todo a la vez ná más entrar por la puerta y si le toca le toca aunque sólo estabas tú en ese momento) en definitiva, dónde no sé pueda aplicar justicia… Voy a sacar toda mi artillería pesada de bordería y las voy a poner a caldo.
    Entre mis estrategias de «impártición» estará ¡no sólo ponerme delante de la cesta que han dejado «acutando» la vez envía línea de cajas! ¡No! Le voy a dar un patadón y a mandarla tres metros patrás!!!!!

    • ratonvolador noviembre 17, 2012 en 4:10 PM Reply

      Eso me apetecía a mi el otro día en el gym… llego corriendo a mi clase matutina de spinning, con los playeros en una bolsa, (porque los playeros de spinning son lo más incómodo que existe para caminar) y cuando llego a la clase, compruebo que las tres sillas que hay para calzarse la gente, están ocupadas por bolsas de deporte!! Tonta de mí, me senté en el suelo (donde no había ni una triste mochila) y me cambié… ¿¿la gente no se da cuenta de que esas sillas son para cambiarse y no para que dejen ellos las mochilas?? pero me aplico tu regla justiciera, Beatriz, y el próximo día como me vuelva a pasar, pienso dejar TODAS las mochilas en el suelo… CHUSMA!!
      Pa que veais que no solo en los supermercardos la gente le echa morro!!

  4. monica teran arroyo noviembre 17, 2012 en 10:46 PM Reply

    vamos a ver Jana TU ME PERSIGUES PA CONTAR MIS INDISCRECIONES O QUE TE PASA ??? mira lo que me acabo de reir es que me clavaste un dia de los mios nena por dios pero contado por ti en vez de llorar me he reido como pocos madre que gracia verme reflejada en tu relato eres grandiosa a partir de hoy voy a ser o masmejor o mas japuta eso fijoooooooo jajajajA

    • ratonvolador noviembre 24, 2012 en 12:16 PM Reply

      Jajajajajajajaj… no jorobes Mónica!! ¿¿Tú también?? bueno, bueno, bueno… XD
      Me alegro mucho que te hayas reído!! 😀
      Un besote grande!! Muaks!!

  5. […] tener un mal día, (como este que os comentaba aquí), pero… que pasa cuando cuando tenemos un buen día??. Los pajaritos cantan… las nubes […]

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